13 mayo 2009

LA MASTURBACION, ¿ES BUENA O MALA?


La masturbación,[1] tanto la masculina como la femenina, es la estimulación de los órganos genitales con el objeto de obtención de placer sexual, pudiendo llegar o no al orgasmo. El verbo "masturbar" hace referencia a la práctica de la masturbación. Generalmente se entiende que se trata de una práctica sexual hacia uno mismo, aunque también se admite el uso del mismo verbo para la estimulación realizada sobre los genitales de otra persona con los mismos fines placenteros (como ocurre en la masturbación mutua).

La masturbación suele realizarse con las manos o mediante el frotamiento de los genitales contra algún objeto adecuado. Cada día es más común el uso de los llamados "juguetes sexuales" para obtener este tipo de excitación.Hombres

Masturbación masculina-
Existen variantes en la masturbación, esto depende de distintos factores y cada técnica de masturbación es individual. La mayoría de los hombres se masturban agarrando el pene con la mano, moviéndola de arriba hacia abajo o de atrás hacia adelante, según la postura del individuo. Otros, no utilizan toda la mano sino que agarran la zona del frenillo entre los dedos índice y medio, y el pulgar por el otro lado.[cita requerida] Otra técnica es emplear las dos manos en el pene, otros sólo frotan su pene con una mano y con la otra se estimulan los testículos o pezones, entre otras partes del cuerpo.

Los hombres no circuncidados, no suelen necesitar el uso de lubricantes, porque el prepucio ya mitiga los efectos del roce directo por sí solo. Aunque los hay que los emplean para añadir sensaciones a su actividad.[cita requerida] El uso de lubricantes es más frecuente entre los hombres que tienen su pene circuncidado, con el fin de facilitar el deslizamiento de la mano sobre el glande.

Existen artilugios mecánicos y eléctricos para que los hombres se masturben: muñecas inflables, vaginas artificiales, bombas de vacío, etc. También pueden utilizar vibradores, concentrando su actividad sobre el frenillo.



Mujeres
La mayoría de las mujeres [cita requerida] se masturba estimulando la zona del clítoris. Una cuarta parte de ellas[cita requerida] suelen añadir también el estímulo vaginal introduciéndose sus dedos, consoladores o vibradores, para incrementar la sensación placentera. Pero el estímulo exclusivo de la vagina para masturbarse es un procedimiento extremadamente minoritario, a pesar de lo que muestran las películas pornográficas.[cita requerida]

Las mujeres utilizan los dedos para masturbarse; estimulando el clítoris indirectamente al frotarlo a través del prepucio del clítoris, o menos frecuentemente estimulando directamente el glande del clítoris. Suelen lubricarse los dedos (sobre todo si estimulan directamente el glande del clítoris) bien introduciéndolos de vez en cuando en la vagina para extender su humedad al clítoris, bien mojándolos con su propia saliva.

La gran mayoría de las mujeres se masturban acostadas (o en el baño) y con las piernas abiertas, un 10%[cita requerida] lo hace boca abajo y las piernas más juntas o muy juntas. La mitad de estas últimas no emplean los dedos para masturbarse, sino que se frotan contra una almohada, el rebujo de las sábanas o montando algún peluche.

El de las mujeres se masturba en cualquier postura simplemente contrayendo los muslos. Otro 2%[cita requerida] lo hace empleando el chorro de agua de la ducha o la bañera. Y existe un 2%[cita requerida] más que lo hace sin manos, estimulándose sólo con fantasías.

A pesar de las numerosas técnicas existentes para masturbarse, la mayoría de las mujeres (71%)[cita requerida] suelen serle fiel a una de ellas durante toda su vida.

El uso de dildos, vibradores y otros juguetes eróticos se está extendiendo cada vez más entre la población femenina.[cita requerida] No resulta fácil saber cuántas los emplean. Pero las diferentes encuestas demuestran que entre una de cada cuatro y dos de cada tres mujeres, según los países, utilizan estos artilugios para sus juegos solitarios.[cita requerida]


Extensión de la masturbación
Prácticamente toda la población sana se masturba desde edades tempranas hasta el final de su vida, si su salud se lo permite.[cita requerida] Se han visto con ecografías a fetos de ambos sexos masturbándose en el seno materno.[2]

El análisis de las estadísticas arrojan como cifra probable de hombres que se masturban la del 92% ó 94%.[cita requerida] Para las mujeres, los datos son más inseguros por la conocida inhibición femenina a la hora de reconocer esta práctica. Pero del estudio de las diferentes cifras manejadas por los investigadores, se sabe que se masturban entre el 85% y el 93% de las mujeres, en conjunto.[cita requerida] Si el análisis se centra sólo en las mujeres orgásmicas (y lo es el 90% de la población femenina), se encuentra que se masturban entre el 91% y el 99% de ellas, prácticamente todas.[cita requerida]


Afirmaciones populares acerca de la masturbación

Los hombres se masturban más
Suele afirmarse que los hombres se masturban con una frecuencia semanal que es el doble de veces la de las mujeres. Pero existen investigaciones que demuestran que los hombres mienten sistemáticamente en las encuestas sexuales exagerando la frecuencia con la que acuden al autoerotismo, mientras que las mujeres mienten en sentido contrario, minimizando la frecuencia (es típica la respuesta femenina de hacerlo una vez al mes). Si corregimos las afirmaciones de unos y otros, como han realizado algunas investigaciones serias, los datos tienden a converger: así, hombres y mujeres se masturban con una frecuencia similar.[1]


Los hombres comienzan a masturbarse antes que las mujeres
Tampoco es cierto que los hombres se inicien en la masturbación antes que las mujeres por tener un órgano sexual tan "evidente" y que tienen que tocarse a diario por razones fisiológicas e higiénicas.

Está demostrado[1] que hay más mujeres que hombres que se inician en la masturbación antes de los 10 años de edad. Lo hacen así entre el 20% y el 42% de las mujeres, al menos, y entre el 3% y el 13% de los hombres. También hay un 42% a 52% de mujeres que comienzan a hacerlo, como los hombres, durante la adolescencia. Por eso, las mujeres aprenden a masturbarse espontáneamente con mayor frecuencia que los hombres (lo hacen siendo más niñas y sin haber hablado con nadie del tema), quienes suelen iniciarse más tarde, tras hablar con sus compañeros o leer sobre el tema (mujeres: entre el 57% y el 62%; hombres: 28%).


Las personas dejan de masturbarse cuando inician relaciones sexuales
Otra vieja idea, falsa, que se resiste a sucumbir. Lejos de lo que afirma el tópico, los hombres y las mujeres continúan masturbándose después de establecer relaciones de pareja. Incluso aunque tales relaciones sean satisfactorias, el 75% de los varones y el 75% al 91% de las señoras emparejados continúan haciéndolo.[1]

Se ha observado que mientras la frecuencia con la que los hombres emparejados acuden a la masturbación disminuye desde el momento que comienzan a tener relaciones sexuales y sigue descendiendo con el paso del tiempo, en las mujeres la frecuencia se mantiene igual o aumenta en la mayoría de los casos, sobre todo entre las que son más jóvenes. Esta idea contradice, igualmente, al tópico.

Las razones por la que la masturbación se mantiene entre personas emparejadas se explican más abajo.


Quienes se masturban se aíslan socialmente
No hay nada más incierto que eso.[1] La masturbación no produce aislamiento. Ya se ha comprobado que la mayoría de los seres humanos se masturban y tienen relaciones sexuales sin ser por eso seres aislados.

Lo que sí sucede es lo contrario. Es decir, las personas aisladas que no saben relacionarse con los demás, sólo pueden desarrollar una forma de satisfacción sexual: la masturbación. Pero no porque recurran a ella como consuelo. Se masturban como todos los demás, pero no son capaces de desarrollar la actividad sexual que apetece compartir con otras personas; porque no son capaces de relacionarse con esas personas.

Lo primero es el aislamiento y lo secundario que se masturben. No al revés.

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